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¿Cómo lograr que comer en la infancia sea saludable y divertido?

Alimentación saludable
Maria Paula Navas

Invitada especial

María Paula Navas

Coach en estilos de vida sanos y amigables con el medio ambiente
@sanacomilona | http://www.sanacomilona.com

Ofrecer menús variados y nutricionalmente densos, en un ambiente de disfrute, donde las niñas naturalmente tienen autonomía sobre las cantidades que deben comer, según su apetito y necesidad, pero donde yo podía tener un poco de control sobre los menús, horarios y demás aspectos que consideraba que eran importantes”

Soy madre de dos niñas de 10 y 9 años. Cuando ellas eran bebés y me llegó la hora de ofrecerles comida, supe que la alimentación iba a ser un aspecto prioritario en su salud y que la manera como ellas comieran durante su primera infancia marcaría su bienestar para toda la vida. Esto no solo porque de la nutrición dependería su desarrollo y crecimiento, sino porque también influiría en sus hábitos en el futuro.

He disfrutado la comida toda la vida, y me considero alguien que come de todo. A la hora de comer, trato de seguir mi propio instinto, evitando etiquetas en cuanto al tipo de dieta que sigo. Me parece importante enseñar a mis hijas a comer de manera balanceada, pero permitiéndoles disfrutar del proceso de aprendizaje y sobre todo evitando peleas y prohibiciones desde el principio.

Para todo esto, me ayudó mucho conocer trabajos como el de la nutricionista de familia Ellyn Satter, quien ha desarrollado el modelo basado en la división de responsabilidades, donde los adultos somos los responsables de ofrecer estructura a través de comidas balanceadas, horarios definidos, etc. Pero son los niños, en base a lo que se les ofrece, los que eligen qué comen y en qué cantidad. También llegó a mis manos un libro maravilloso escrito por Karen Le Billón, quién, de manera divertida, enseña a instaurar hábitos en casa. Este libro me permitió ofrecer menús variados y nutricionalmente densos, en un ambiente de disfrute, donde las niñas naturalmente tienen autonomía sobre las cantidades que deben comer, según su apetito y necesidad, pero donde yo podía tener un poco de control sobre los menús, horarios y demás aspectos que consideraba que eran importantes.

7 esenciales para que comer en la infancia sea saludable y divertido

A continuación, comparto 7 tips que me han ayudado a poner en práctica lo anterior, y que, si bien no ha sido un proceso para nada perfecto, siento que ha valido la pena, pues mis hijas valoran comer en familia, conocen sus límites y, aunque una más que la otra, se aventuran a probar cosas nuevas, comen variado y disfrutan por igual la comida nutritiva y la menos nutritiva.

  1. Dar ejemplo. El ejemplo que damos a nuestros hijos cuando comemos es la herramienta más poderosa que tenemos para incentivar el interés por la alimentación. Por eso, asegúrate de que comes y disfrutas de la comida saludable, llevando una dieta que incluya gran variedad de frutas y verduras, poca comida procesada y que además celebras la hora de sentarte a comer. No se trata de sobreactuar, sé natural y comienza a mejorar tú mismo tus hábitos.
  2. Conecta a tus hijos con los alimentos. Lleva a tus hijos al mercado e invítalos a cocinar. En el mercado, los niños pueden ayudar a echar los alimentos en las bolsas o llevar el carrito, mientras dicen los nombres y colores de las frutas. En la cocina, los niños te pueden ayudar con tareas sencillas como machacar el aguacate, rallar el queso o batir un huevo. Todo lo anterior es muy divertido para ellos, los hace sentir mayores y orgullosos de poder ayudar. Esto también hace que se relacionen más con los alimentos y que sea más probable que los prueben solos, o como parte de una receta.
  3. Acostumbra a tus hijos a comer sentados en la mesa y en familia. La comida no debe ser combinada con otras actividades como viendo el ipad o el teléfono, ya que esto permite que los niños se distraigan y coman más o menos de lo que el cuerpo les está pidiendo. Adicionalmente, cuando los niños crecen en un ambiente donde predominan las comidas en familia, los niños son partícipes de experiencias y aprendizajes invaluables que fomentan la unión, y que contribuyen a la nutrición del cuerpo y el alma.
  4. Recuerda el modelo de responsabilidad compartida de Ellen Satter. Es tu responsabilidad determinar qué se ofrece, pero es responsabilidad de los niños determinar qué de eso y cuánto comen. Por eso, suelo aconsejar que sigas ofreciendo comida saludable todos los días así no la coman. Si bien, puede ser frustrante preparar y servir comida que los niños a veces no querrán ni probar, debemos tener en cuenta que las preferencias en los niños van cambiando y que la posibilidad de que un día lo prueben aumenta si la continuamos ofreciendo con cierta regularidad. Eso sí, debes asegurarte de que en cada comida haya por lo menos un alimento que tu hijo coma con gusto para que la experiencia siempre sea agradable y el niño no sienta que los estás forzando.
  5. Restringe las meriendas. Es sabido que a los niños les da hambre entre comidas y, por ende, seguir esta sugerencia puede ser difícil. Pero la verdad es que entre más coman los niños entre las comidas, con menos apetito llegarán a la mesa. Esto, por supuesto, dificulta aún más la posibilidad de que los niños quieran probar algo nuevo o comer de lo que preparaste con tanto esmero. El apetito es el mejor aliado para que los niños se sienten a comer con gusto. Cuando tu hijo tenga hambre entre comidas, ofrécele primero agua o una fruta entera y así evitas que su apetito disminuya.
  6. Para evitar caer en tentaciones o terminar ofreciendo cosas que no consideras apropiadas, te aconsejo que tengas opciones saludables a la mano, tanto en la casa como cuando salen a alguna actividad fuera de casa. Para ello se requiere planificar con tiempo y establecer menús semanales.  Incluso, de ser posible, te aconsejo preparar algunas comidas con antelación. De esta manera, siempre habrá una opción saludable que solo requerirá de algunos minutos de preparación.
  1. Ofrece recetas sabrosas. A veces, al querer hacer comida saludable y sin aditivos, optamos por usar pocos condimentos o aderezos, que resultan en preparaciones insulsas. No tengas miedo en ofrecer las verduras con salsas a base de un poco de mantequilla, queso, o especies. Incluso recetas que lleven un poco de azúcar u otro ingrediente procesado. Estos, desde que sean incluidos de manera esporádica y con moderación, les darán un toque especial a algunas de tus comidas.

María Paula Navas
@sanacomilona

En nuestro jardín infantil Origami Antigua creamos experiencias para que los niños se relacionen de forma autónoma y creativa con el conocimiento.

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